Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2025

Dra. Andrea Cumino
Directora del Grupo “Bioquímica, Inmunología y Parasitología Molecular” – IIPROSAM (FCEyN-UNMdP – CONICET)
Profesora de las asignaturas “Inmunología” y “Psicoinmunoneuroendocrinología”



Este año, el premio fue otorgado a tres especialistas, Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi, que describieron, en 2004, una nueva función celular en el sistema inmune: los linfocitos T (LT) regulatorios, responsables de evitar que las células inmunitarias ataquen a los propios tejidos y dañen al organismo.

De esta forma, se introduce un nuevo concepto en Inmunología: la tolerancia inmunológica periférica.

Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi

¿Cómo funciona el sistema inmune?

El sistema inmune identifica estructuras moleculares diferentes a las células propias sanas y ataca, induciendo la muerte de bacterias, hongos y eliminación de virus que invaden el organismo. Pero, además, protege de ese ataque a las células propias sanas. En casos en que el sistema inmune dañe por error a las células propias sanas, causará una “enfermedad autoinmune” como la celiaquía, lupus, artritis reumatoidea, dermatomiositis, hepatitis autoinmune, entre otras.

Diferenciar lo propio de lo no propio es una misión de los linfocitos, y para esto poseen un sensor que se activa al unirse a estructuras extrañas, lo que permite iniciar el ataque inmunológico. Este “aprendizaje” para distinguir estructuras está a cargo de linfocitos T regulatorios centrales, y el proceso se conoce como Tolerancia Inmunológica Central. Pero siempre se generan, en bajo porcentaje, linfocitos que reconocen estructuras propias, los linfocitos autorreactivos, que generan daños en tejidos sanos. El descubrimiento que valió el Nobel tiene que ver con la descripción de otros LT regulatorios, hasta ahora desconocidos, llamados periféricos, que reconocen a los LT autorreactivos y los matan en cualquier parte del organismo.

Perspectivas futuras

Estos descubrimientos han sido decisivos para la comprensión de cómo funciona el sistema inmunológico y por qué no todas las personas desarrollan enfermedades autoinmunes graves. Sus investigaciones permiten identificar estos LT regulatorios periféricos y controlar su desarrollo en tratamientos para el cáncer y las enfermedades autoinmunes, los cuales se encuentran actualmente en fase de ensayos clínicos y en los cuales nuestro país participa activamente a través de diferentes centros médicos.

La identificación funcional de estas células T regulatorias reenfocó las capacidades del sistema inmune y su control. Las personas con enfermedades autoinmunes poseen menor número y/o funcionalmente defectuosos los LT regulatorios, lo que lleva a que el sistema inmune dañe sus tejidos sanos. En estos casos, el tratamiento intenta expandir o potenciar los LT regulatorios periféricos.

En el caso de pacientes con tumores, el mapeo celular en el ambiente tumoral muestra que éstos pueden atraer un gran número de LT reguladores para evitar que el sistema inmune los ataque y así seguir creciendo y expandiéndose por el organismo. Por lo tanto, se buscan formas de desmantelar esta barrera de células T reguladoras para que el sistema inmunitario pueda acceder a los tumores e inhibir su desarrollo.

Estos hallazgos han aportado un altísimo beneficio a la humanidad, y el reconocimiento con este premio está cargado de evidencias reales del impacto sobre la salud humana.