Eclipse total de Luna de mayo: horarios y recomendaciones para disfrutarlo

Todos tenemos algún recuerdo de algo que nos haya llamado la atención de chicos, puede ser un encuentro con alguna persona muy querida o algún evento relevante de la naturaleza. Algunos los recordaremos toda la vida. Ser testigos de un eclipse, muy probablemente, puede llegar a ser uno de esos recuerdos.

Próximamente se producirá un eclipse total de luna que podrá ser visto desde todo el territorio argentino comenzando a las 22:30hs. del domingo 15 y finalizando a las 3:50hs del lunes 16. Para la mayoría de los interesados o aficionados a la astronomía, el evento será más interesante entre las 23:30 y las 2:30hs, cuando se podrá ver claramente como avanza lentamente la sombra de la Tierra sobre nuestro satélite natural. El máximo oscurecimiento de la Luna será a la 1:11hs de la madrugada del lunes y, si las condiciones meteorológicas lo permiten, se podrá ver una hermosa Luna roja como la de esta foto.

No hay recomendaciones especiales para ver un eclipse total de este tipo. A diferencia de los eclipses de Sol, no es necesario ningún tipo de protección ocular. Solo hay que tener en cuenta que, como ocurre de noche, las temperaturas en esta época del año pueden ser algo bajas. Al ser un eclipse que dura varias horas, es recomendable tener una posición cómoda para poder disfrutarlo todo el tiempo que se desee.

Los eclipses, de Sol o de Luna, se producen cuando ocurre una alineación casi perfecta del Sol, la Tierra y la Luna. Algo que ocurre aproximadamente 2 veces por año. En el caso de este eclipse Lunar es nuestro planeta, la Tierra, quien se va a interponer justo entre el Sol y la Luna ocultando los rayos de Sol que, de otra forma, iluminarían directamente la Luna. Para entender mejor cómo ocurre esto hay que conocer algunas características de las órbitas de nuestro planeta y su luna. La Tierra gira alrededor del Sol en una órbita elíptica que, para simplificar, podemos considerar circular. La Luna gira alrededor de nuestro planeta en otra órbita elíptica. En la figura se representan con líneas blancas esas órbitas. La Luna tarda poco menos de un mes en dar una vuelta alrededor de la Tierra pasando por todas las fases que conocemos (nueva, creciente, llena y menguante). La razón por la que no se produce un eclipse por mes es que el plano de la órbita lunar está inclinado con respecto al plano de la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol, como se muestra con una línea punteada en la parte inferior de la figura.

Nuestro planeta siempre proyecta una sombra, con forma de cono, que oculta los rayos directos del Sol. Los eclipses de Luna ocurren cuando la Luna llena transita por ese cono de sombra. Cuando la Luna se encuentra en la zona de sombra parcial, llamada penumbra, su luminosidad disminuye solo un poco pero cuando entra en la umbra, que es donde los rayos del sol no la iluminan directamente, es que se produce la totalidad del eclipse.

Quién haya visto un eclipse total de este tipo o fotos del fenómeno se puede preguntar por qué se ve roja la Luna (razón por la cuál se le suele llamar Luna de sangre). Si la Tierra bloquea los rayos directos del Sol, ¿qué es lo que le da ese tono?. La explicación es que la luz del Sol se desvía (refracta) al atravesar las capas altas de la atmósfera. La magnitud de esa desviación depende de la longitud de onda de la luz (la longitud de onda está relacionada con el color). La longitud de onda correspondiente al color rojo es la que más se desvía al pasar por la atmósfera y es por eso que la Luna, a pesar de estar en la umbra, va a ser iluminada levemente por luz rojiza proveniente del Sol. Este fenómeno de la refracción de la luz, también es el responsable del color anaranjado de cada amanecer y atardecer.

En caso que esté nublado y no pueda observarse directamente este eclipse podrá apreciarse igualmente a través de transmisiones en vivo por internet, como por ejemplo por el canal de YouTube de la NASA.

El próximo eclipse total de Luna que podrá verse desde Mar del Plata será dentro de 3 años. Así que esta es una muy buena oportunidad para no perdérselo. 

¡Feliz cumpleaños, Snuppy!

Hoy les traemos brevemente la historia de Snuppy, el primer perro clonado del mundo (no el primer animal), que hoy cumpliría 17 años. Lamentablemente, falleció en el 2015.

Más allá de lo impresionante a nivel científico, esto nos recuerda que aún nos debemos muchos debates respecto de las implicancias bioéticas de los avances de la genética.

En nuestra Facultad contamos con el Comité para el Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio (CiCUAL) y con la Comisión de Ética Científica (@codec_unmdp) que asesoran e intervienen en todos los proyectos que así lo requieren.

Vuelve, vuelve, primavera

En esta nota, la Lic. en Astronomía Paula Álvarez nos cuenta cómo se producen las estaciones, qué son los equinoccios y por qué en 2021 la primavera no empieza el 21 de septiembre.

Muy probablemente durante el día 21/09 de cada año que recuerdes, recibiste saludos y mensajes, imágenes y gifs, repletos de flores y colores, llamándote a celebrar el inicio de la primavera. Pero, como suele pasar con muchas cosas, aquello que está socialmente aceptado como válido, certero o verdadero, no siempre se corresponde con lo que la ciencia tiene para decir al respecto. Y entre estas polémicas está el tema de los cambios de estaciones.

Hoy nos toca hablar del inicio de la primavera, también conocido como “equinoccio de primavera”; que, vale agregar, se celebra en simultáneo con el hemisferio norte, sólo que en el otro lado del Ecuador, lo llaman “equinoccio de otoño”. Para poder contar de qué se trata esto de los equinoccios, primero deberíamos hacer un repaso sobre qué son y cómo se producen las estaciones. 

Se llama estaciones a cada cada uno de los cuatro períodos de tiempo en los que se divide el año (verano, otoño, invierno y primavera),​ que tienen una duración de aproximadamente tres meses, y que se caracterizan por cambios típicos en el comportamiento de distintas variable meteorológicas, como la temperatura, las lluvias, etc. Se repiten cíclicamente, año a año, y se dan de forma invertida entre hemisferios: cuando en el sur es primavera en el norte es otoño (y viceversa), y cuando en el norte es verano en el sur es invierno (y viceversa otra vez).

Mucha gente asocia las estaciones a la forma elíptica de la órbita de la Tierra en torno al Sol, y al hecho de que debido al movimiento de traslación, nuestro planeta se aleja y acerca del Sol, ubicado en uno de los focos de esa elipse. En esta imagen, por ejemplo, vemos que el punto de máximo acercamiento (distancia mínima) aparece asociado a la fecha 21 de Diciembre, fecha que en esta mitad del mundo asociamos al verano. 

Ahora bien, si miramos un poquito en detalle, y recordamos eso que dijimos antes sobre cómo las estaciones se producen de manera simultánea y opuesta entre hemisferios, deberíamos encontrar algo que “nos haga ruido”: ¿Cómo puede ser que estando en el punto máximo de acercamiento al Sol durante diciembre, en todas las películas de Navidad de Hollywood hay nieve? Y es ahí donde se rompe este modelo, y necesitamos encontrar uno mejor, uno que se ajuste a las observaciones que podemos hacer. Es decir, un modelo que permita explicar por qué las estaciones se dan en forma simultánea y opuesta.

La explicación más acertada que nos da la Astronomía es que las estaciones se producen por la inclinación del eje terrestre en relación al plano de la órbita de la Tierra en torno al Sol. Esta inclinación hace que cambie la cantidad de radiación (en palabras cotidianas “la cantidad de calorcito”), que llega a la superficie según cada hemisferio se encuentre más o menos “inclinado” hacia el Sol. En el invierno es mínima, en el verano es máxima y en el otoño y la primavera es igual en ambos hemisferios.

(Fuente: Yearofthedragon at Spanish Wikipedia)
(Fuente: https://www.meteorologiaenred.com/equinoccio-de-primavera.html)

Durante los cambios de estación, el movimiento diurno del Sol no sólo es particular, sino que además varía según la latitud. Cuando hablamos de “movimiento diurno” hacemos referencia a la trayectoria que sigue en el cielo el Sol, por arriba del horizonte, y que depende de la latitud de quien lo observa.

Desde el ecuador -latitud 0º-, el Sol sigue en el cielo una trayectoria vertical, desde que nace por el Este hasta que se pone por el oeste, alcanzando al mediodía el cenit (el punto más alto en el cielo). En la figura anterior esta situación está graficada con la línea amarilla. En cambio, si nos paráramos en los polos, norte o el sur, veríamos que el Sol no se levanta sobre el horizonte, sino que describe un círculo rasante. Es decir, ni amanece, ni culmina ni se pone. En el gráfico esta situación corresponde a la línea celeste. En las latitudes medias (como la nuestra) se verá al Sol salir por el este y ponerse por el oeste, pero su culminación será distinta según estemos en el hemisferio norte o en el hemisferio sur (trayectorias naranja). Fuente: Francisco Javier Blanco González PAÍS: España (Kingdom of Spain), Wikipedia)

En los equinoccios el Sol sale exactamente por el este y se pone exactamente por el oeste, cosa que no pasa el resto de los días del año, porque el sol va cambiando el punto cardinal por el que sale, moviéndose hacia el norte hasta llegar a un punto máximo que corresponde a un solsticio, y luego hacia el sur hasta llegar al máximo de alejamiento respecto al este y que corresponde al otro solsticio.

Para esta altura, quizás buena parte de quienes estén leyendo esto se pregunten ¿y al final por qué el día de la primavera no fue ayer? Esto tiene que ver con dos fenómenos: en primer lugar tenemos que tener en cuenta que el año astronómico (el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa alrededor del Sol) no coincide con el año civil (el que corresponde al calendario). Esa diferencia es de aproximadamente un cuarto de día por año, y por eso cada cuatro años agregamos un día (años bisiestos), y hace que todos los años lleguemos a distinta hora, distinto día, al punto de la órbita en el que ocurren los equinoccios y los solsticios.

De esos puntos de la órbita los que corresponden a los equinoccios tienen sus propios “nombres artísticos”: el Punto de Libra y el Punto de Aries. Para entender qué representan estos puntos, recordemos que el movimiento del Sol en el cielo es, en definitiva, un “reflejo” del movimiento de la Tierra en torno a su eje, y define una trayectoria  que en Astronomía se la conoce como “eclíptica”. Los equinoccios, entonces, corresponden a los dos puntos en los que la eclíptica (que, insisto, es una trayectoria aparente), se cruzan con el Ecuador Celeste (que es la proyección del Ecuador Terrestre sobre la Esfera Celeste).

En esta imagen el polo “elevado” es el Polo Norte, por lo que las indicaciones de las estaciones corresponden al hemisferio norte. (Fuente: Autor desconocido. Wikipedia)

Dijimos antes que las estaciones dependían del eje de rotación terrestre, que tiene cierta inclinación respecto al plano de la órbita. Además de estar inclinado, el eje tiene un movimiento de precesión alrededor del polo de la eclíptica, trazando un cono y recorriendo una circunferencia completa cada 25776 años.

Representación de la dirección a la que apunta el Polo Norte terrestre en distintas épocas debido al cambio por precesión (De Divad – Trabajo propio, Dominio público, Wikipedia)

Dado que los polos terrestres se “bambolean”, los puntos de la órbita en los que los polos están a la misma distancia del Sol (equinoccios) también se desplazan, es decir, los equinoccios no se producen siempre en el mismo punto de la órbita, sino que éste se desplaza, en sentido contrario al movimiento de traslación terrestre, unos 50.29 segundos de arco por año, lo que corresponde a unos 36.300 kilómetros en la órbita terrestre.

Este año, el paso por el Punto de Libra (equinoccio de primavera en el hemisferio sur) se va a dar hoy, miércoles 22 de septiembre a las 16:20 (horario de Argentina). Así que si van a salir a comprar flores, esperen a que llegue la hora para poder decir ¡FELIZ PRIMAVERA!